martes, noviembre 22, 2005

No marchitemos el Vergel

OpiniónNo marchitemos el VergelAhora viene como caído del cielo otro elevado; con la pena de quepudiera sepultar la dinámica de una zona desde el punto de vistasocial, económico y urbano, imposibilitando la oportunidad de que laciudad se luzca sin artilugiosPor Erick Dorrejo/ El CaribeSabado 19 de noviembre del 2005 actualizado el viernes 18 de noviembredel 2005 a las 11:04 PMEn esta semana la opinión pública se ha hecho eco de un proyecto urbanopoco consensuado, focalizado en la solución del tramo existente en laavenida 27 de Febrero esquina Avenida Ortega y Gasett; esta avalancharepentina de informaciones anticipa la incursión de otro megaproyectodestructivo para la salud urbana de la ciudad, planteandounilateralmente soluciones a un problema puntual que repercutirá en unacadena de impactos y consecuencias desfavorables para el desarrolloarmónico del barrio en cuestión y de la ciudad en general.¿Cómo es posible que después de la degradación urbana en esta mismaavenida, en el tramo ubicado entre la Leopoldo Navarro y el Puente JuanPablo Duarte, aún se proyecte este tipo de estructuras como unasolución idónea para la ciudad?Para nadie es un secreto que la construcción de este primer elevado haprovocado la estampida de gran parte de la población y los comerciosque se encontraban en los sectores próximos, debido al deterioroocasionado en el entorno en los últimos años.A esta situación podemos anexarle las evidencias de otras tantasciudades a nivel internacional que han optado finalmente por desmontarestas estructuras de acero y hormigón, con el objetivo de soterrarlas osimplemente mantenerlas a nivel de suelo utilizando otras alternativaspara mejorar los inconvenientes de la circulación vehicular.Ahora viene como caído del cielo otro elevado; con la pena de quepudiera sepultar la dinámica de una zona desde el punto de vista(image placeholder)social, económico y urbano, imposibilitar la oportunidad de que laciudad se luzca sin la inclusión de artilugios productores decontaminación y arrabalización, y fomentar la utilización del vehículoprivado en lugar de invertir estas cuantiosas sumas de dinero enproyectos de adecuación de la red de transporte público existente.Esta receta utilizada cada vez que se necesita subsanar lasdeficiencias relacionadas con la movilidad vehicular en el centro deSanto Domingo, desintegra el tejido urbano-social transformando todo suentorno en un lugar inhóspito para el ser humano y para las actividadesque él realiza.Esperemos que esta nueva experiencia de improvisación a la carrera nodesencadene otro episodio de fracaso en esta circunscripción de nuestroSanto Domingo y que los tomadores de decisiones ponderen todas lasopciones para propiciar el florecimiento del Vergel en lugar de sudestrucción paulatina.Erick Dorrejo es arquitectoerickdorrejo@verizon.net.do

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